Reseña
histórica

Una antigua profesión

La figura del Aparejador es una de las más antiguas dentro del mundo de la construcción e indudablemente la más antigua dentro de las denominadas profesiones técnicas.

La mayor parte de los autores que han estudiado la figura del Aparejador en la Edad Media, coinciden en que no se puede afirmar que hubiese ya un oficio de Aparejador, sino que este era más bien un puesto o un cargo dentro de las grandes obras.

Los Aparejadores surgen en el seno de las grandes construcciones encargadas por el Rey, el Clero, la Nobleza y los Municipios, pues a la hora de llevar a cabo este tipo de obra se impone la necesidad de diversificar las funciones y repartir el trabajo, estableciendo un orden, una jerarquía entre aquellos que realizan su labor dentro de dichas construcciones. El Aparejador era el responsable de que en la ejecución material de las obras se siguiese la traza y las condiciones particulares de la misma, de que los materiales se suministrasen puntualmente y de valorar lo que se hubiese realizado.

La adquisición de los conocimientos necesarios se realizaba, al igual que en el caso de los Maestros de Obras, Arquitectos y Alarifes, en el seno de los gremios y cofradías y normalmente las personas que los desempeñaban eran Maestros de Cantería o de Albañilería.

Una profesión moderna

Hoy los Arquitectos Técnicos – que gustan de seguir siendo llamados Aparejadores – cuentan con una formación académica de carácter universitario que les cualifica para ejercer una amplia gama de actividades relacionadas con la construcción, tanto como profesionales liberales, como al servicio de Empresas o de la Administración.

La principal actividad de los Aparejadores como profesionales liberales se centra en la dirección de la ejecución material de cualquier tipo de obra, ya sea de nueva construcción, de ampliación, de reforma o, incluso, de demolición, velando por la corrección formal de la obra y la calidad los materiales empleados y su correcta puesta en obra.

De gran importancia en la actividad profesional es la redacción de proyectos de obras de nueva construcción que no precisen proyecto arquitectónico y de intervenciones parciales en edificios ya construidos sin alterar su configuración arquitectónica. Una buena parte de los acondicionamientos de locales y decoraciones de establecimientos comerciales son proyectados y dirigidos por Aparejadores.

No menos importancia tiene la realización de estudios de seguridad y salud en los proyectos, coordinación de seguridad y salud en las obras, deslindes y mediciones de terrenos, solares y edificios, parcelaciones, reconocimientos, consultas, examen de documentos y diligencias, informes, dictámenes, valoraciones… todo aquello, en fin relacionado con la construcción y los inmuebles en sentido amplio.

De todas estas actividades respecto a las cuales, por conocidas, no es preciso entrar en mas detalles, hay algunas que, en la actualidad, representan casi un reto para el colectivo por el interés que representan para la sociedad en general.

Reseña Historica

Seguridad y Salud

Preocupación histórica de los Aparejadores en la realización de las obras ha sido la de la seguridad de los trabajadores que intervienen en las mismas, tratando, por una parte de evitar la alta siniestralidad laboral que se produce en el sector y, por otra, de procurar que los trabajadores fuesen dotados de los sistemas de higiene y salubridad que garanticen su salud.

Muestra de esa preocupación ha sido la creación, por parte del Consejo General de la Arquitectura Técnica, de los Premios Nacionales de Seguridad en la Construcción, que desde hace nueve años y con carácter anual, recompensan la innovación e investigación, la divulgación y la iniciativa universitaria en materia de seguridad, como testimonio del colectivo de Aparejadores en su apuesta por la prevención efectiva de los riesgos laborales en este sector.

No en vano, un decreto de 1990 atribuía competencia exclusiva a los Aparejadores para la redacción de Estudios de Seguridad e Higiene para las obras de construcción, lo que ha supuesto, junto con la propia formación académica, una preparación especialmente cualificada para afrontar las exigencias que comporta la legislación actualmente vigente en materia de Seguridad y Salud en las obras de construcción, adaptada ya a las directivas europeas.

Mantenimiento

Desde hace unos años, se está apreciando una labor de rehabilitación integral de edificios antiguos que devuelve a nuestras ciudades el carácter que siempre habían tenido. Muchos edificios se han perdido y en los que se rehabilitan se invierten cantidades que, quizás, se hubiesen podido evitar si tales edificios hubiesen sido objeto de un mantenimiento adecuado.

Por otra parte, una gran cantidad de los inmuebles de nuestras ciudades fueron construidos en épocas en que las disponibilidades económicas y las necesidades de la población, no facilitaban la utilización de materiales de alta calidad. Probablemente, si no se toman las medidas adecuadas, muchos de esos inmuebles se verán abocados a una rehabilitación integral o a su demolición.

Es una convicción del colectivo de Aparejadores que una conservación adecuada de los inmuebles, evitaría grandes gastos a largo plazo. En tal sentido, los Colegios Profesionales llevan ya tiempo trabajando en la idea de proponer soluciones al problema planteado.

Por un lado, recientemente se ha suscrito un convenio con el Colegio de Administradores de Fincas de Aragón, por el que ambos colectivos se comprometen a fomentar el mantenimiento sistemático de los edificios. Como primera medida, se ha constituido el servicio de asesoría técnica del edificio, mediante el cual, un Aparejador atenderá, en la sede del Colegio de Administradores de Fincas, cuantas consultas de carácter técnico se le planteen, orientando a los Administradores de Fincas colegiados y a sus clientes, respecto a operaciones a realizar, subvenciones oficiales existentes, créditos posibles, etc.

Por otra parte, el Consejo de Aparejadores ha creado el Libro del Edificio, que es una documentación completa, que se elabora al final de una obra, que contiene los datos principales de todo edificio destinado a viviendas y que, además de los datos iniciales, dispone de un registro de incidencias, hojas del control anual del mantenimiento del edificio, etc. Tal documento se pretende sea una guía para las comunidades de propietarios respecto a las operaciones de mantenimiento periódicas a realizar en sus nuevos edificios, de cara a mantenerlos en óptimas condiciones de uso. En una segunda fase, se está estudiando la implantación de tal documento en edificios ya existentes.

En definitiva, el colectivo de Aparejadores apuesta por la conservación sistemática de los edificios y ofrece a la sociedad en general, y a los propietarios de inmuebles en particular, la experiencia de sus miembros.

Peritos

A nadie escapa que la evolución tecnológica que se ha producido en todos los ámbitos de la actividad hace cada día más difícil a los juzgadores y a los ciudadanos en general, determinar los elementos que configuran el resultado de una controversia.

Ante tal situación, los Colegios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos han creado en su seno las Agrupaciones de Aparejadores y Arquitectos Técnicos Peritos Judiciales, con el fin de que personas preparadas al efecto, aporten a los Tribunales los elementos de juicio necesarios para que el juzgador adopte las decisiones más adecuadas, o puedan servir de árbitros en las disputas que se originen en relación con la construcción o los inmuebles en general.

Calidad

La calidad en la construcción ha sido la estrella que ha guiado la actividad profesional de los Aparejadores a lo largo de la Historia. Se han estudiado y divulgado multitud de trabajos intentando sistematizar el control de calidad en las múltiple actividades que intervienen en una construcción de cualquier tipo.

Lamentablemente, salvo en algunas actividades concretas, no existe una normativa que establezca los controles a realizar a lo largo de una obra, en los diferentes oficios e instalaciones que la integran. Los Aparejadores vienen desde hace años recabando de la Administración una normativa que sistematice los controles de calidad, en aras de conseguir un producto – el edificio – con las garantías de calidad que hoy se exige a cualquier otro que exista en el mercado. A falta de esa normativa, los Aparejadores, merced a su formación académica y su continua actualización de conocimientos contribuyen a conseguir, con su dirección de la ejecución material de la obra y el control de la calidad de los materiales que se emplean y de su colocación, resultados altamente satisfactorios en los niveles de calidad que, en general, se dan en el país.