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Los enigmas de la Torre de Ricla

 

Torre de Ricla
Torre de Ricla

 

En la margen izquierda del río Jalón y a poca distancia de La Almunia de Doña Godina, se encuentra Ricla, donde destaca la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora. Coincide el nombre de esta advocación con la de la iglesia parroquial de La Almunia, pero, como veremos, no es esta la única coincidencia.

La torre, construida enteramente a base de ladrillo recibido con pasta de yeso, al igual que la de La Almunia, consta de un cuerpo cuadrado inferior y otro octogonal superior. Su decoración exterior también se compone mayormente de rombos realizados en ladrillo resaltado. Se encuentra catalogada dentro del arte mudéjar aragonés y de ella se afirma que fue construida en el siglo XVI. Efectivamente, se encuentra adosada a la ampliación de la iglesia que se llevó a cabo en ese siglo, lo que podría hacer suponer que ambas obras (ampliación y torre) fueron realizadas en el mismo contexto. Incluso el profesor Borrás descartó por completo la posibilidad de que los dos cuerpos de la torre pudieran tener fechas diferentes porque, según él, “esta torre de Ricla responde a un plan único de construcción llevado a cabo durante la segunda mitad del siglo XVI”. José Antonio Tolosa, en su web, explica que “ambas obras, ampliación de la iglesia y torre, estaban concluidas el mes de junio de 1542, cuando Juan Lucas Botero, el Joven, reconoce haber recibido lo que se le adeudaba por la construcción de la segunda”. Tolosa advierte de las reservas con las que hay que tomar esta afirmación porque se basa en datos testimoniales y no documentales. Más crédito da a las conclusiones de Javier Ibáñez Fernández tras examinar detalladamente documentación y obra con motivo de su última restauración. Este da por buena la fecha de junio de 1542 y la autoría de Juan Lucas Botero “el Joven”, a quien atribuye todo el cuerpo cuadrado inferior, cuyo último piso (el cuarto, de campanas) se cegaría y transformaría más adelante. Del resto de la torre (es decir, todo el cuerpo octogonal), al contrario que Borrás, explica el proceso de su construcción que se prolonga hasta dos siglos más tarde. Del reconocimiento mencionado de Botero de haber recibido la cantidad que se le debía, transcribe las palabras de este: “por razón de la obra del campanar que nuebamente yo he hecho en la villa de Ricla”. Reflexión: ¿por qué dice “nuevamente”? ¿Habría otra torre anterior? Esa es la cuestión.

La escalera circula en torno a un machón central de planta cuadrada (típica estructura de alminar) que termina al llegar al cuarto piso, donde se aprecia un cambio de tipo de ladrillo delimitado por un pequeño saliente. Esto parece indicar, efectivamente, un cambio de obra. En las esquinas se disponen las típicas trompas triangulares para la transición de la planta cuadrada a la octogonal (como en La Almunia) y, a partir de ahí, toda la torre octogonal es hueca hasta arriba.

Una vez más, nos encontramos con que los historiadores han establecido su datación propia basándose en la similitud de estilos con otras construcciones (cuyas dataciones se han dado por buenas, pero también sin base firme documental) o en testimonios aportados siglos después de esas fechas en los que el rigor histórico puede ser más que dudoso. Pongámonos, pues, en modo “profesional de la arquitectura” y vayamos con el lenguaje que nos transmite el edificio.

En primer lugar, nos llama poderosamente la atención la orientación del templo. El ábside se construye antes del Concilio de Trento, es decir, cuando todavía es preceptivo orientarlos hacia el Este. Sin embargo, vemos que, en este caso, se nos va nada menos que 39º hacia el Sur desde la dirección Este. La orientación es propia de una mezquita.

Plano de Situación. Torre de Ricla
Plano de Situación. Torre de Ricla

 

 

Orientación del templo. Torre de Ricla
Orientación del templo. Torre de Ricla

 

 

¿Hubo población musulmana importante en esta localidad? Es sabido que, a finales del siglo XV, la mitad aproximada de la población aún lo era. Cuando se produce la expulsión de los moriscos en 1610, son unos 1.000 riclanos los que se ven deportados a tierras lejanas. Esto en cuanto a los censos que hoy se conocen. En cuanto a la época anterior (la de dominio islámico), es sabida la alta demografía en todo el valle del Jalón, luego es indudable que en Ricla tuvo que haber una o varias mezquitas. ¿Derribarían todas ellas, incluso la mezquita aljama? ¿Dónde celebraban su liturgia los riclanos durante los primeros casi tres siglos de cristiandad?

Como es habitual, tras la conquista cristiana, la mezquita mayor se consagra para iglesia bajo la advocación de la Virgen María. De aquella edificación no quedarán restos porque el nuevo templo comienza a edificarse en los primeros años del siglo XV, sustituyendo al anterior, pero su orientación queda inexorablemente condicionada por la de aquel. Cabe pensar, con cierta lógica, que la parte medieval de la iglesia (ábside y primer tramo de la nave) ocuparía el mismo solar donde antes estuvo la mezquita y que, donde se encuentra el segundo tramo (la obra del siglo XVI, con la bóveda estrellada) pudo estar el sahn o patio de abluciones, cuyo muro de cerramiento recogería a la torre alminar, siguiendo las tipologías habituales de las mezquitas. Esto explica la orientación resultante de la iglesia. Incluso, por lo que puede observarse en la torre, también es posible que aquella mezquita estuviera un poco más girada hacia el Sur de lo que ahora está la iglesia y, cuando construyeran esta de nueva planta, trataran de corregir ligeramente el ángulo hacia el Este, pero la torre, evidentemente, se quedó como estaba.

 

Planta del conjunto. Torre de Ricla
Planta del conjunto donde se observa cierto giro de la torre respecto a la iglesia. Torre de Ricla

 

La idea de sustituir la vieja mezquita por una edificación más acorde con los gustos del momento surge a finales del siglo XIV (1390). La nueva iglesia comienza a construirse a principios del siglo XV y lo hace, lógicamente, por el presbiterio, el cual se compone de cinco lados. Le sigue un solo tramo cubierto por bóveda de crucería, como es habitual en aquel momento. Hasta aquí, la iglesia medieval. La gran ampliación viene en el siglo XVI, época en la que es propia la bóveda de crucería estrellada y en la que dicen que también se construye la torre. Ahí es donde vemos que resulta extraño el encaje entre esta y el último tramo construido. Como queda explicado anteriormente, la torre parece girarse ligeramente respecto al muro hastial y, además, el lado que supuestamente comparte con este muro resulta ser de diferente grosor. Da la sensación de que es el muro hastial el que se “estrella” contra la torre. Lástima que hay una edificación delante de ese muro hastial que impide observar el encuentro entre ambas edificaciones. Si resultara que hay una junta entre ellas y que es el hastial el que termina en la torre y no al revés, sería una señal inequívoca de que, cuando ese tramo se construye, la torre ya está allí. Pero hay otro signo mucho más visible que nos indica que la torre es anterior: el mirador de arquetes de la fachada sureste se estrella estrepitosamente contra la torre. ¿A quién se le ocurre levantar una torre con paños decorados en su exterior que, inmediatamente, van a quedar ocultos por la edificación que también se está construyendo?

Almenas escalonadas. Torre de Ricla
La construcción del siglo XVI termina contra la torre y oculta parte de la misma, entre otras cosas, las almenas escalonadas que coronan el primer tramo de la torre. Torre de Ricla

 

La torre de Ricla presenta indicios de importantes intervenciones a lo largo del tiempo y muchos enigmas. Llaman la atención las almenas triangulares escalonadas que coronan el primer tramo cuadrado, algo bastante arcaico en la arquitectura islámica. Aquí se las ha considerado como simples elementos decorativos resaltados del paramento que hay detrás, pero bien podría ser la coronación del alminar primitivo. Si así fue, resulta evidente que encima habría una torrecilla retranqueada respecto a los cuatro lados, coronada por un yamur, con lo que el alminar ya tendría una altura suficientemente digna y, sobre todo, en relación a la altura de la mezquita, teniendo en cuenta que esta sería bastante más baja que la iglesia actual.

Giralda de Sevilla
Alminar con almenas triangulares escalonadas y torrecilla superior coronada con un yamur: La Giralda de Sevilla, época islámica. (Dibujo A. Guichot)

 

Posiblemente, Juan Lucas Botero “el Joven”, derribó esa torrecilla de coronación y vació el interior del alminar. Construyó la escalera desde abajo mediante la técnica de bóveda tabicada y levantó el resto del cuerpo cuadrado manteniendo las almenas como elementos resaltados del propio muro. Por eso habla del “campanar que nuebamente yo he hecho en la villa de Ricla”.

Del resto de la torre, caben hacer todas las conjeturas imaginables en cuanto a datación y evolución constructiva a lo largo del tiempo, tanto en la época islámica como en la cristiana, pero resulta totalmente improbable que, al menos, esta parte baja no sea el alminar original reutilizado.

 

Jaime Carbonel Monguilán. Arquitecto Técnico.

Autor del libro «El alminar de Tawust», las intervenciones en obras de restauración del patrimonio de Jaime Carbonel le han llevado a conocer los aspectos más singulares de la arquitectura tradicional aragonesa, como el uso del yeso como material de agarre en lugar del mortero de cal, que era lo habitual en el resto de casi todo el mundo. Su dedicación al estudio detallado de la torre de Santa María de Tauste arroja unos resultados sobre su datación bien diferentes de los que se han sostenido tradicionalmente. Unas conclusiones que afectan de manera muy positiva al pasado de Tauste y a las consideraciones sobre el verdadero origen de la arquitectura mudéjar aragonesa.

 

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