A finales de julio se emitió, en el Diario Oficial de la Unión Europea, la Recomendación (UE) 2016/1318 de la Comisión de 29 de julio de 2016 sobre las directrices para promover los edificios de consumo de energía casi nulo y las mejores prácticas para garantizar que antes de que finalice 2020 todos los edificios nuevos sean edificios de consumo de energía casi nulo.
Recordemos que, según la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios (DEEE), 2010/31/UE un edificio de consumo de energía casi nulo es aquel con un nivel de eficiencia energética muy alto, que se determinará de conformidad con el anexo 1 de dicha directiva. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno.
Para recapitular, la Directiva estableció que los Estados miembros debían de asegurarse de que a más tardar el 31 de diciembre de 2020, todos los edificios nuevos sean edificios de consumo de energía casi nulo, y de que después del 31 de diciembre de 2018, los edificios nuevos que estén ocupados y sean propiedad de autoridades públicas sean edificios de consumo de energía casi nulo.
En la Recomendación citada (2016/1318) se marcan por primera vez las escalas de valores de referencia aplicables a la eficiencia energética de los edificios de energía casi nulos, según las diferentes zonas climáticas de la Unión Europea. Para Zaragoza, cuya tónica general del clima es de carácter continental, los datos que se estiman son los siguientes:
- Oficinas: 40-55 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 85-100 kWh/(m2/año) cubierto por 45 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.
- Vivienda unifamiliar nueva: 20-40 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 50-70 kWh/(m2/año) cubierto por 30 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.